Tiempos difíciles para el periodismo. Al combate tecnológico, a la adaptación a las nuevas plataformas y sistemas, hay que agregarle el asalto ideológico que vive esta profesión. A veces tengo la sensación que los periodistas están sometidos a forcejeos de todo tipo – mucho más que en cualquier otra época – cualquiera se siente con la obligación de presionarlo. A veces confirmo, con bastante certeza, que quienes dicen ser periodistas, en rigor no pasan de ser meros propagandistas. En algunas ocasiones me cruzo con personajes que ejercen el oficio desde la honestidad, el apego a la noticia, la preocupación por contar los hechos tal cual se manifiestan e investigar en asuntos en los que nos dicen y dijeron que “no se debe”.
Soy periodista desde hace años, desde 1978. He trabajado en lo que se llama “grandes medios” de Argentina (Editorial Abril, Perfil, Atlántida, La Prensa, Capital Intelectual, Noticias Argentinas, etc). He sido 5 años corresponsal de la Editorial Perfil en España, país en el que también fui colaborador en diversos medios como las revistas Cambio 16 o Interviú. También fui vicepresidente de la Asociación de Corresponsales de Prensa Extranjera y del Club Internacional de Prensa de España. Aunque hice algunos trabajos en radio, lo mío fue siempre escribir. Nunca hice televisión y no lo haría tampoco. Lo mío es escribir.
A la vuelta de mi propia historia, decidí que lo mejor era escribir “mi propio diario”, sin presiones, sin forcejeos, sin indicaciones. La leyenda del título de este blog es el indicador de este espacio: “Observar, mirar, preguntar, dudar, pensar, reflexionar, cuestionar. La vieja idea de informar antes que opinar y opinar sin intoxicar”. Eso es precisamente lo que pienso de este oficio y trato de ejercerlo desde este lugar.
Sarmiento-cm 