Argentina/Medios de Comunicación

LAS COSAS POR SU NOMBRE

Es costumbre, definir a un personaje público por alguna de sus cualidades u oficios. Pero la costumbre deviene en intoxicación informativa, cuando el eufemismo esconde la verdadera identidad del personaje. Esto ocurre con Leonardo Fariña, ligado a varios delitos en el mundo financiero, carente de bienes propios ni sociedades que lo respalden.  Pero la prensa en general, de todo el arco informativo, insiste en llamarlo “financista mediático”. La libertad de prensa, sería mejor libertad, si se la libera de los eufemismos.

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El personaje en cuestión (el de la foto) es Leonardo Fariña, un especialista  que siempre se movió en el mundillo de los delitos de guante blanco. Su persistente presencia mediática, lo convirtió en un personaje familiar para los televidentes de Argentina. Su breve matrimonio  con la modelo Karina Jelinek, terminó de catapultarlo en el imaginario popular,  como un “tipo super piola” con muchos dinero y mejores mujeres.

Llamar a este personaje con  el mote de financista,  es otorgarle un nivel que nunca tuvo. Su máximo rol en todo el entramado financiera, fue el de trasladar dinero ajeno de un lado al otro, esquivando controles y garantizando la clandestinidad de los movimientos. En alguna ocasión, se ha usado el mote de “valijero”, por eso de ser el que traslada dinero en negro, para luego ser blanqueado.

Antes que “financista mediático”, Fariña ha sido un excelente empleado de confianza de las “cuevas” financieras donde se mueve el dinero negro, que será blanqueado. También se lo podría categorizar como  un buen ejecutor de diversos delitos complejos, que exigen cierta  ingeniería financiera. En este caso, sería como darle una calificación mejor en la escala delictiva. Pero a financista no llega. Y tampoco se puede hacer la comparación con la categoría de financista, aun cuando se considera que  todos los financista son delincuentes. Porque para ser financista es imprescindible poseer un capital o ser el representante de un pool de capitales. Fariña no da la talla en ninguno de los dos casos. Porque, como he dicho, nunca superó el escalón de empleado o “valijero”.

Lo de “mediático” es un agregado que se desprende de su presencia en los grandes medios de comunicación. Su boda con la modela fue coronada con una monumental fiesta en el exclusivo salón Tattersall,  contiguo a los pabellones históricos de la exposición de la Sociedad Rural Argentina, en el barrio de Palermo. Los fastos, mostraron un Fariña con solvencia más que suficiente que todo tipo de lujos. Tal propaganda, no hizo más que aumentar su presencia en los medios. Sobre todo en programas de la farándula primero y luego  terminó como “Opinador” en otros de interés general. Ya se sabe, que hay cierta prensa que es lábil a quienes tienen algún brillo que se parezca a “éxito”.

Pero esa  demostración de poder, fue el comienzo del fin de Fariña. Porque fueron muchos los que pusieron el ojo y se preguntaron “¿Cuál es el origen de la fortuna de Fariña?”.  La respuesta llegó pronto, puesto que cualquier investigación,  por más pormenorizada que fuera,  nunca encontró respuesta. Y más tarde, apareció involucrado en operaciones de lavado de dinero del empresario Lázaro Baez, propietario de una constructora con amplia participación en la obra pública.

Fariña fue procesado y condenado por diversos delitos financieros. Está en libertad condicional y permanecía casi en el anonimato. Pero la investigación sobre la existencia de una banda de espionaje y extorsiones, ligadas indirectamente a la AFI (agencia de inteligencia oficial) lo ha devuelto a los primeros planos.

Su primer abogada, Giselle Robles (una de las víctimas de la banda investigada) presentó la justicia los correos de Whatsapp donde recibía las instrucciones de lo que debía declarar para inculpar a la ex presienta Cristina Fdez de Kirchner y varios ministros en contrataciones inapropiadas en la contratación de la obra pública. Luego, Fariña, las declaró en la causa que se les sigue y esa es la principal prueba que hay en contra de los antiguos funcionarios,  en la causa conocida como “La ruta del dinero K”. La sospecha, es que el origen de esos mensajes es el propio Ministerio de Justicia, ya que – como informó Robles –en días anteriores se había reunidos en el despacho del ministro Germán Garavano, junto a Fariña, para pactar la declaración de este en la causa. El beneficio que obtuvo fue el levantamiento de acusaciones y la posibilidad de quedar en libertad condicional.

Con este recorrido profesional,  es posible que lo único que sea verdad en su forma de calificarlo, sea la palabra “mediático”. Porque de “financista”, queda claro que no.

No es bueno para la información adjudicar calificativos que la distorsionen. Y es mucho peor para la prensa que pierde credibilidad.

 

Foto: Noticias Argentinas

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