Ante el silencio de la versión original, el aparente paso al costado de CFK y la discreta presencia de los principales dirigentes de su espacio, parece que un sector importante de los medios y de la dirigencia nacional, están decididos a enrolar a cualquier dentro del movimiento, para que no se pierda esa pulsión de confrontación que tan buenos resultados les ha dado en estos últimos 12 años.
En España, hace 12 años que la organización terrorista ETA desapareció. Pero el Partido Popular (conservadores) y los ultras de VOX la resucitan a cada rato para acusar a Pedro Sánchez, presidente del gobierno, de aliarse con terroristas. Algo difícil de ver en la realidad..
En Argentina, los partidos espejo de esas ideologías, han copiado el método. Y ante el “silencio estampa” de CFK, parecen necesitar resucitar su movimiento para justificar cualquier medida de gobierno.
Radicales, conservadores, neoliberales y la nueva ultraderecha de Milei han empezado a ver kirchneristas por todos lados.
Sorprendía hace 6 meses que a Sergio Massa lo llamaran kirchnerista, cuando claramente nunca lo fue. Pero estábamos en campaña electoral y la amplia alianza de diversos sectores del peronismo, pareció servirles para usar el calificativo de manera despectiva.
Ahora es el nuevo gobernador de Santa Fe, el radical Pullaro, quien califica a su antecesor Omar Perotti como kirchnerista. Pero si una cosa caracterizó al ex gobernador, fue su antikirchnerismo visceral.
Tanto CFK como Perotti provienen del mismo tronco histórico del peronismo. Pero hace muchos años, que las aguas de esos ríos tomaron caminos diferentes. Y solo se encontraron alguna que otra vez por peripecias del destino y la agitada realidad política argentina.
Pullaro no es el único que usa la palabra “kirchnerista” para justificar una medida de gobierno y/o para describir una situación caótica en la gestión de la cosa pública. La mayoría de la prensa generalista adhiere fervorosa al calificativo. Sergio Massa – que desde la elecciones está en modo OFF – sigue tan o más «kirchnerista» que en la campaña electoral, según esa misma prensa.
El calificativo de “Populista” ya es parte de la historia. Pareciera que la dirigencia neoliberal o los analistas más retorcidos del espectro de medios, ya no la consideran suficientemente agraviante y han decidido colocar en la Opinión Pública, a la palabra “Kirchnerista” como el sumun del desprecio.
Los métodos comunicacionales y la deformación semántica no pertenecen a ningún país ni tienen copyright de ninguna dirigencia. Los métodos están pensados por auténticos Think Tanks que luego los aplican con leves modificaciones en diferentes lugares del planeta.
El objetivo central de estos grupos de presión y opinión (como la Fundación Heritage o La Red Atlas, en inglés Atlas Network) es consolidar el pensamiento neoliberal e imponerlo en distintos lugares del mundo a través de la manipulación de la Opinión Pública.
Tanto en España como en Argentina vienen trabajando con cierto éxito. En Argentina lograron el poder y en España quedaron a solo 2 diputados de alcanzarlo. Mientras tanto, la mecánica desinformativa sigue su curso. Y tiene éxito entre la dirigencia, porque ante la falta de argumentos políticos, entonces se aplica el criterio de “lo que sea con tal de tener razón y sostener el sillón”.
Comentario adicional.
El futuro del kirchnerismo como movimiento político tiene hoy más dudas que certezas. Tras la derrota electoral de la alianza peronista, el silencio actual de CFK y los máximos dirigentes de la corriente La Cámpora, el pasado llamado de CFK a reorganizar el movimiento y que surjan nuevas dirigencias, todo ha quedado en un plano hipotético. Tal vez en marzo o abril podamos visualizar algo sobre el rumbo de este movimiento.
NOTA:
El titular pertenece a la nota del diario Perfil en su edición de hoy 12 de enero de 2024.
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